La participación política de las mujeres

130613-D-BW835-107Ríos de tinta han corrido, como se dice vulgarmente, acerca de la necesaria participación de las mujeres en política, aunque no por ello deja de ser necesario seguir haciéndolo. Yo misma he escrito ya bastante sobre él y en distintos medios, además de en este blog. Un ejemplo es el artículo que publiqué en La Opinión de Málaga titulado «Democracia paritaria, democracia participativa»

Hoy leo que, según un estudio, Las mujeres son menos proclives que los hombres a iniciar una guerra. A mí no me cabe la menor duda de que es así, aunque reconozco que me baso en mi experiencia y en mis estudios de género para hacer tal afirmación. En la experiencia porque sé cómo resuelven las mujeres los conflictos cotidianos, los personales, los del día a día. En mi ser feminista porque me consta que a las mujeres nos educan en la no violencia. ¡A ver si es que va a resultar que todas las cuestiones relativas a los roles van a ser en detrimento de las mujeres!

Cuelgo la noticia en Facebook, un compañero me dice «Con permiso de Margaret Thatcher o de la Jefa, Angela Merkel.» Y, entonces, vuelvo a recordar una estupenda frase de una gran mujer, Michelle Bachelet, próxima Presidenta de Chile: «Cuando una mujer llega sola a la política, cambia la mujer. Cuando muchas mujeres llegan a la política, cambia la política. Y claramente, uno de
los desafíos y necesidades de nuestra democracia, es mejorar la calidad
de la política».

Lo dicho, que hay mucho escrito y es difícil aportar algo nuevo, pero, desde luego y por desgracia, seguimos sin poder demostrar que la realidad sería distinta si más mujeres, con esos valores que históricamente nos han atribuido e inculcado, participásemos equilibradamente con los hombres en política.

La pasta política

elecciones-20n-2-640x640x80Venía oyendo en la SER las razones que esgrimían los grupos parlamentarios para apoyar o no al Grupo Socialista en su posible moción de censura en el caso de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no compareciera o compareciese para explicar el ya llamado “Caso PP”.

Me ha dejado estupefacta lo que ha dicho Duran i Lleida ya que, escribo de memoria, dice que depende del programa del PP en términos económicos y ha hecho expresamente alusión a lo que se haga o no en Cataluña. Es decir, que estamos hablando de corrupción y él habla de cuánto va a sacar para Cataluña. Es decir, que estamos hablando de pasta, de quien se ha llevado qué, cuándo, por qué, de dónde, a dónde, etc. y él, aunque en otros términos, habla de lo mismo, de la “pasta política”.

Vaya por adelantado que no hay ni una gota de sangre anti catalanista en mis venas más allá de que como socialista soy internacionalista, es decir, que los nacionalismos no me gustan, incluido en nacionalismo central. Vaya también por adelantado que no tengo una opinión cerrada en cuanto a la conveniencia política de plantear una moción de censura, es decir, que no hablo en términos partidarios, o sea, en función de lo que diga el partido en el que milito. O sea, que veo los pros y los contras politicamente hablando y no me decanto, pero éticamente hablando lo tengo clarísimo porque lo de Rajoy simplemete no es de recibo.

Así, mi reflexión es  que en los momentos actuales en los que la ciudadanía está harta de la política, que no se cree nada, que la falta de ética y de honradez se ha convertido en la presunción de culpabilidad de cada una de las personas que se dedican a la política, directa e indirectamente, un dirigente político se dedique a jugar a ver qué saca de la situación, a la pasta. Digo yo que lo hará en función de lo que considera que puede ser su ventaja electoralista. Pues afirmo que se equivoca en su tactismo, pero además en el flaco favor que le hace a la política.

Son necesarios en estos tiempos dirigentes políticos, hombres y mujeres, que tengan altas miras, para quienes la ética sea un comportamiento constante, personas que se dediquen a esto de lo público ni siquiera por el “voy a hacerlo comme il faut, no vaya a ser que me pillen” sino que lo hagan comme il faut porque otro comportamiento, simplemente, no sería posible. En fín, que necesitamos, “como el comer” que diría esa ciudadania hastiada entre la que me siento, personas hechas de otra “pasta política”.

Nerea, «Mujeres por la igualdad» y «El feminismo ante la crisis»

IMG00650-20130426-2123El viernes tuvo lugar la presentación de la revista «Mujeres por la Igualdad» de Nerea. Era la última. Han sido 18 y claramente un referente en mi provincia del femisnimo asociativo. En particular del de una mujer, Antonia Burgos, que ha sido su Presidenta y que más allá de eso ha sido un faro en el que mirarnos muchas feministas socialistas. Estaban invitadas todas las mujeres que han sifo portada. Aquí os dejo la foto de las que sí pudieron asistir.

IMG-20130427-WA004Fue el viernes un día de reivindicación, ¡cómo no con lo que nos están haciendo!, pero también de unión, de seguir haciendo cadena entre nostras generacionalmente hablando y de decirnos unas a otras que es tiempo de volver a las calles, de militancia activa.

La revista nos ha proporcionado a muchas mujeres poder escribir sobre temas relacionados con la igualdad y poder, por tanto, ir difundiendo el mensaje. Aquí mi reconocimiento a Angela por sus montajes y dedicación. Os dejo el texto que me han publicado en el último número: «El feminismo ante la crisis».

1%20El%20Feminismo%20ante%20la%20crisis%20Meli-%20Nerea1«El feminismo, es decir, la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, en tanto que plantea-miento filosófico y político, debe ser tenido en cuenta en el nuevo modelo productivo planteado como solución a la crisis para que sea una solución verdadera y justa. María Pozos en su artículo “Frente a la crisis económica: el papel de la igualdad de género en un New Deal global” afirma: «La crisis actual proporciona una oportunidad única de poner los medios para evitar los errores que nos han conducido hasta esta situación y organizar la economía global conforme a un modelo productivo, solidario, ecológico y demográficamente viable. Para estas transformaciones la igualdad de género es crucial».

Partiendo de la base de que lo que se plantea es una utopía realista, de lo que se trata es de tener claro el diagnóstico aplicándole la perspectiva de la necesaria igualdad entre hombres y mujeres a las soluciones. Analizando solo tres aspectos, a saber, la diferente situación del mercado laboral, de la organización del tiempo y de lo que conlleva la independencia económica, podemos ser conscientes de que no podemos obviar a la mitad de la población si tenemos el objetivo claro de ser una sociedad plenamente democrática y con capacidad de responder a los nuevos retos que se plantean.

1%20El%20Feminismo%20ante%20la%20crisis%20Meli-%20Nerea2Si la situación del desempleo es dramática, la de las mujeres lo es mucho más. Hay más paro de mujeres que de hombres, ellas cobran menos que los hombres, registran mayores tasas de temporalidad, de contratos a tiempo parcial y subempleo; son mayoría en todas las categorías más desprotegidas de desempleados, es decir, las que buscan el primer empleo y las que han trabajado anteriormente y llevan más de un año sin trabajo. Como consecuencia de todo ello sus pensiones son más bajas (alto porcentaje de las mínimas y las no contributivas) lo que genera un mayor riesgo de pobreza para las mujeres mayores.

En este sentido, tenemos la obligación de aprovechar todo el capital humano disponible, garantizar el acceso al empleo de las personas más cualificadas, procurando que éstas se sitúen en el puesto que les corresponde según su capacidad y experiencia, y eliminar las diferencias de roles y los prejuicios que impiden un funcionamiento eficiente de los mercados de trabajo. Esto se traduce en acciones como la eliminación de las barreras para el acceso al crédito de las mujeres, la supresión de todos los incentivos para su permanencia en el hogar o en la economía sumergida (declaración conjunta en el IRPF, incentivos al tiempo parcial, excedencias no pagadas, prestación por cuidadoras en el entorno familiar, pensión de viudedad vitalicia, etc.) o las acciones de discriminación positiva en profesiones altamente masculinizadas.

El segundo aspecto de análisis tiene que ver con la organización del tiempo. La famosa doble o triple jornada de las mujeres está contribuyendo al envejecimiento en los países desarrollados. Apoyar la producción sin hacerlo con la reproducción y lo que ésta conlleva va a tener como resultado que cada vez haya menos nacimientos que sustenten esa producción. Es necesario por tanto ofrecer a las familias las condiciones que les permitan optar a la procreación de manera que las mujeres no tengan que renunciar a su profesión y adoptando las medidas que posibiliten su cambio de rol en el ámbito privado. Esto se traduce en permisos por nacimiento y adopción iguales e intransferibles para ambos progenitores; universalización del derecho a la educación infantil pública y asequible desde los cero años y racionalización de horarios.

1%20El%20Feminismo%20ante%20la%20crisis%20Meli-%20Nerea3Por último, abanderar un modelo productivo basado en la igualdad de género en el que hombres y mujeres contribuyan en condiciones de igualdad implica un cambio de valores en la sociedad. Una mayor independencia económica de las mujeres contribuye, aunque no elimine totalmente, al cambio de roles hombre/sustentador/dominante y mujer/dependiente/sumisa lo que constituye la raíz de la violencia de género. Se fomentará así la cooperación entre iguales en lugar de la dominación existente.

Históricamente socialismo y feminismo han tenido y tienen un camino común y unos objetivos comunes en torno al valor de la igualdad. Desde el socialismo asumimos el feminismo como movimiento político transformador del cambio de valores en la sociedad y generador de derechos. Desde esa convergencia estamos convencidos y convencidas de que, para conquistar el futuro, para ser un país líder en esta nueva sociedad del siglo XXI, son requisitos imprescindibles incorporar el talento y la capacidad de las mujeres al mercado laboral, conseguir una mejor organización del tiempo y contribuir a un modelo social libre de violencia.»

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Adiós a la revista, pero eso es todo. Somos muchas mujeres comprometidas, y cada vez más hombres comprometidos, con la igualdad. Y en estos tiempos nos necesitamos unas a otros, unos a otras.

En el día del libro, ellas 12 Nobel y 3 Cervantes

Un día un amigo me calificó de «lectora voraz». Es cierto, lo era de literatura, ahora lo soy también de todo lo que las redes me traen y me interesa. Y esta mañana Facebook me ha traido, por un lado, esta imágen:

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Por otro, la página Feministas Siempre me ha enseñado que de todas las personas que han recibido el Nobel de literatura solo 12 mujeres. Sigo bicheando por la red y veo que le han dado el Cervantes a Caballero Bonal y me he preguntado: «Y éste, ¿ a cuántas se lo habrán dado?»  Pues nada, más de lo mismo. Eso sí, las 3 maravillosas: María Zambrano, Dulce María Loynaz y Ana María Matute.

Militancia de izquierdas

000000532299 Hoy me han publicado en La Opinión de Málaga un artículo en el que reflexiono sobre la «Militancia de izquierdas».

Dice así:
Los partidos políticos son hoy día muy criticados por considerar que sus estructuras, su funcionamiento y sus procedimientos de toma de decisión son, cuando menos, opacos y que responden a intereses partidistas alejados de los intereses de la ciudadanía.

Como una firme defensora de los partidos que soy, porque creo que son un instrumento fundamental (aunque no exclusivo) para garantizar la participación política ciudadana, también defiendo que deben acometerse las reformas internas necesarias para que hagan frente a ese tipo de críticas y a la desafección que sufren. En este contexto, entiendo que una cuestión fundamental a plantear es el papel que la persona que milita ha de tener dentro de ellos.

Se afirma que las personas de izquierdas son críticas por naturaleza, que no se puede ser progresista sin cuestionar el status quo con el objetivo de que la sociedad sea más solidaria, justa, equilibrada e igualitaria. Y hay quienes, partiendo de tal afirmación, argumentan que resulta difícil conjugar tal naturaleza con la militancia en organizaciones políticas, es decir, con la aceptación de unas normas, más o menos genéricas, más o menos consensuadas, que implican asumir que ese espíritu crítico se supedite a la opinión colectiva, a lo que el partido hace o dice que hay que hacer.

Y, ciertamente, puede resultar complejo sobre todo si no se asume que la cuestión no está en callar lo que en cada momento te dictan tus principios éticos o tu ideología, sino en hacer esa crítica internamente, que es lo que no se hace demasiado a menudo en los partidos y que, lejos de ser la forma más adecuada o paradigmática de militar es la degeneración de la militancia y, por ende, de la organización. Dicho de otro modo, que es deber inexcusable hablar internamente lo que parece aconsejable callar públicamente.

Callar en una organización política de izquierdas pone de manifiesto, por un lado, un miedo que debería ser ajeno a una persona crítica y que se supone que le ofrece a la sociedad nada más y nada menos que transformar el mundo en el que vive. Y callar también es la forma más directa y efectiva para generar dinámicas de sumisión que son el mejor caldo de cultivo donde florecen el sectarismo y el cainismo que suelen impregnar las estructuras poco democráticas y escasamente participativas, en donde lo que se premia es la obediencia al “líder” (ni siquiera puedo decir “lideresa”, aunque ya me gustaría) y la aceptación irremediable de cualquier cosa que imponga el aparato.

En mi opinión, militar en una organización o partido realmente democrático debe implicar el ejercicio continuado del deber de decir y del derecho a no callar. Es decir, el compromiso que se ha de traducir en criticar y en poner en cuestión, eso sí, en un ejercicio de debate constante y de búsqueda de consensos, en el desarrollo de los principios comunes tanto de la propia organización como de los planteamientos políticos.

A mi juicio, militar implica, por tanto, que por más que nos gusten o no aspectos concretos de la acción política de una organización, de sus decisiones colectivas, o de las declaraciones de quienes la dirigen, las opiniones se han de manifestar con respeto y sin recurrir a fórmulas como las redes sociales, o incluso los medios de comunicación tradicionales, que demasiadas veces degeneran los procesos al provocar más ruido y confusión que otra cosa.

Claro que militar no es solamente exponer nuestra propia opinión. Significa también estar al día en lo que se presenta desde el partido, como trabajar las propuestas y hacer aportaciones, al igual que ir a sus actos siempre que la agenda laboral y personal lo permita, apoyar a compañeros y compañeras sin excepción de bando, corriente o sensibilidad y, en definitiva, mostrarse, ser, estar, opinar, posicionarse, tejer redes,… Todas estas cosas o alguna, pero no las contrarias.

Y militar debe ser también una cuestión de sentimientos, de querer a tu partido, respetando profundamente su existencia como un instrumento que es, y muy necesario, al servicio de la ciudadanía para construir una sociedad mejor. Es por eso que, en definitiva, militar obligue a ser coherente y a mantener un equilibrio imprescindible entre que el partido “te duela” y el dolor que conlleve perder una parte de la libertad individual como requisito de la militancia.

Hacer 2015 en Málaga

índice2 Ayer hubo Comité Provincial del PSOE de Málaga del que formo parte por pertenecer al Comité Federal. La intervención era algo más larga y profundizaba en aspectos que, dado el tiempo dado para hablar -dos minutos- no pude acometer. Sí he puesto el último párrafo, aunque no lo pude decir. Seguro que entendereis porqué.

“Estamos en un momento trascendental. Lo es para la sociedad y también para el partido. No hay duda de que la organización es y debe ser un instrumento al servicio de la ciudadanía y de mejorar la sociedad en función de los principios y valores que nos fundamentan como socialistas.

Y mucho más en una sociedad que se ve amenazada en su configuración como estado del bienestar por las políticas que está llevando a cabo el Partido Popular. No me detengo en su análisis porque todos y todas las conocemos y, sobre todo, muchos y muchas las estamos padeciendo en carne propia.

Se ha diseñado una estrategia debatida, consensuada y aprobada en el último Comité Federal que pivota sobre tres ejes: una oposición contundente precisamente para combatir las políticas del PP, la elaboración de un proyecto que dé respuesta desde la socialdemocracia a los desafíos -económicos, territoriales y sociales- que culminará con la Conferencia Política prevista para este año y la apertura de un proceso interno, Hacer 2015, que sitúe al partido en condiciones óptimas para liderar ese nuevo proyecto.

Tanto en la Conferencia Política como en Hacer 2015 se promueve la participación, la de la militancia así como de la ciudadanía. Sin embargo, hay cuestiones que objetivamente deben ser mencionadas y que pueden poner en cuestión todo este proceso.

Primero el hecho de que la participación de la militancia, sobre todo en las agrupaciones, es escasa como se ha demostrado en el reciente proceso congresual.

Segundo, el número de agrupaciones que hay sin actividad orgánica en la provincia. Difícilmente se puede llevar a cabo lo planteado si no hay actividad orgánica alguna. Se espera una respuesta clara por parte de esta ejecutiva de cada caso concreto ante este comité.

Y, por último, en relación a la participación de la ciudadanía, existe un problema específico que nos atañe. Málaga da, según los datos de la encuesta IESA los peores resultados de toda Andalucía, bajamos 12 puntos, en cuanto a intención de voto para las Generales. Y esto es como lo del chiste, si no somos capaces de tener una militancia que activa y participativa, de la ciudadanía mejor ni hablamos.

Y, compañeras y compañeros, esta realidad es profundamente desmovilizadora. Genera en el seno del partido la misma desafección de la que hablamos cuando nos referimos a la ciudadanía respecto a la política. Hace que nuestros y nuestras militantes pasen del partido, se sientan como un cero a la izquierda, nunca mejor dicho, llevándoles en muchos casos, no ya a no ser portavoces de nuestras políticas, que ya es malo, sino a una radicalidad en contra de la organización, que es aún peor.

No es plato de buen gusto para quienes creemos que otro modelo de partido es posible y que este proceso nos puede dar esa oportunidad, escuchar cosas como “esto no tiene arreglo”, “vamos camino de convertirnos en un partido residual, peor que el PASOK”, “aquí si no te callas lo que piensas y obedeces sin rechistar te conviertes en un enemigo”… ¿Enemigo? ¿Enemiga? Esto sí que es duro: el enemigo, yo más bien diría el adversario, se llama Partido Popular. Nosotros y nosotras somos compañeros y compañeras.

Es evidente que algo debemos hacer para ilusionar al conjunto de la militancia en Málaga, para que afiliados y afiliadas nos sintamos militantes, para que nos compense dedicarle tiempo y trabajo (que no es lo mismo que conspirar), para que sintamos entusiasmo, para saber que somos útiles y comprobar que nuestra voz cuenta.

Termino. Nos animo a hacer un gran esfuerzo, a ponerle a esto cabeza y corazón socialistas, a realizar cuantas acciones sean necesarias así como a cambiar determinadas actitudes para recuperar la confianza de la ciudadanía hacia la organización, a poner el partido en tensión para lo que es necesario recuperar la militancia, a que se abra un proceso para que la estrategia y la acción electoral del partido en Málaga vaya más allá de provincializar los temas regionales o nacionales. En definitiva, a hacer un plan de movilización específico, inclusivo de todos y todas, con propuestas de trabajo concretas y sin sectarismo, para acometer con ciertas garantías de éxito el gran proyecto que es Hacer 2015.

Decía Gandhi “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”. Y es verdad, pero en términos personales. En política, además, hay que ganar elecciones y para eso necesitamos un partido movilizado, cohesionado y fuerte”.

Hacer 2015 en Málaga

índice2Ayer hubo Comité Provincial del PSOE de Málaga del que formo parte por pertenecer al Comité Federal. La intervención era algo más larga y profundizaba en aspectos que, dado el tiempo dado para hablar -dos minutos- no pude acometer. Sí he puesto el último párrafo, aunque no lo pude decir. Seguro que entendereis porqué.

«Compañero Presidente. Compañeras y compañeros,

Estamos en un momento trascendental. Lo es para la sociedad y también para el partido. No hay duda de que la organización es y debe ser un instrumento al servicio de la ciudadanía y de mejorar la sociedad en función de los principios y valores que nos fundamentan como socialistas.

Y mucho más en una sociedad que se ve amenazada en su configuración como estado del bienestar por las políticas que está llevando a cabo el Partido Popular. No me detengo en su análisis porque todos y todas las conocemos y, sobre todo, muchos y muchas las estamos padeciendo en carne propia.

Se ha diseñado una estrategia debatida, consensuada y aprobada en el último Comité Federal que pivota sobre tres ejes: una oposición contundente precisamente para combatir las políticas del PP, la elaboración de un proyecto que dé respuesta desde la socialdemocracia a los desafíos -económicos, territoriales y sociales- que culminará con la Conferencia Política prevista para este año y la apertura de un proceso interno, Hacer 2015, que sitúe al partido en condiciones óptimas para liderar ese nuevo proyecto.

Tanto en la Conferencia Política como en Hacer 2015 se promueve la participación, la de la militancia así como de la ciudadanía. Sin embargo, hay cuestiones que objetivamente deben ser mencionadas y que pueden poner en cuestión todo este proceso.

Primero el hecho de que la participación de la militancia, sobre todo en las agrupaciones, es escasa como se ha demostrado en el reciente proceso congresual.

Segundo, el número de agrupaciones que hay sin actividad orgánica en la provincia. Difícilmente se puede llevar a cabo lo planteado si no hay actividad orgánica alguna. Se espera una respuesta clara por parte de esta ejecutiva de cada caso concreto ante este comité.

Y, por último, en relación a la participación de la ciudadanía, existe un problema específico que nos atañe. Málaga da, según los datos de la encuesta IESA los peores resultados de toda Andalucía, bajamos 12 puntos, en cuanto a intención de voto para las Generales. Y esto es como lo del chiste, si no somos capaces de tener una militancia que activa y participativa, de la ciudadanía mejor ni hablamos.

Y, compañeras y compañeros, esta realidad es profundamente desmovilizadora. Genera en el seno del partido la misma desafección de la que hablamos cuando nos referimos a la ciudadanía respecto a la política. Hace que nuestros y nuestras militantes pasen del partido, se sientan como un cero a la izquierda, nunca mejor dicho, llevándoles en muchos casos, no ya a no ser portavoces de nuestras políticas, que ya es malo, sino a una radicalidad en contra de la organización, que es aún peor.

No es plato de buen gusto para quienes creemos que otro modelo de partido es posible y que este proceso nos puede dar esa oportunidad, escuchar cosas como “esto no tiene arreglo”, “vamos camino de convertirnos en un partido residual, peor que el PASOK”, “aquí si no te callas lo que piensas y obedeces sin rechistar te conviertes en un enemigo”… ¿Enemigo? ¿Enemiga? Esto sí que es duro: el enemigo, yo más bien diría el adversario, se llama Partido Popular. Nosotros y nosotras somos compañeros y compañeras.

Es evidente que algo debemos hacer para ilusionar al conjunto de la militancia en Málaga, para que afiliados y afiliadas nos sintamos militantes, para que nos compense dedicarle tiempo y trabajo (que no es lo mismo que conspirar), para que sintamos entusiasmo, para saber que somos útiles y comprobar que nuestra voz cuenta.

Termino. Nos animo a hacer un gran esfuerzo, a ponerle a esto cabeza y corazón socialistas, a realizar cuantas acciones sean necesarias así como a cambiar determinadas actitudes para recuperar la confianza de la ciudadanía hacia la organización, a poner el partido en tensión para lo que es necesario recuperar la militancia, a que se abra un proceso para que la estrategia y la acción electoral del partido en Málaga vaya más allá de provincializar los temas regionales o nacionales. En definitiva, a hacer un plan de movilización específico, inclusivo de todos y todas, con propuestas de trabajo concretas y sin sectarismo, para acometer con ciertas garantías de éxito el gran proyecto que es Hacer 2015.

Decía Gandhi “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”. Y es verdad, pero en términos personales. En política, además, hay que ganar elecciones y para eso necesitamos un partido movilizado, cohesionado y fuerte.

Gracias compañeros y compañeras.»

Machismo, pura ideología machista

577401_294620363949695_1574586237_n[1]A propósito del cierre de la oficina de ONU Mujeres en España, hoy me han publicado «Machismo, pura ideología machista» en el Diario SUR.  Y dice lo siguiente:

El gobierno de España ha decidido unilateralmente cerrar la sede de ONU Mujeres en España, que es el organismo internacional de más rango encargado de velar por la igualdad entre mujeres y hombres como derecho humano. La decisión no se toma por razones económicas puesto que dicha sede se encontraba dentro las instalaciones de la Oficina Mundial del Turismo y  la financiación de la oficina procedía de los fondos corrientes de las Naciones Unidas. Tampoco se ha producido la “invitación” a que se cerrara la oficina porque haya habido conflicto alguno entre esta agencia y el Gobierno de Rajoy.

Se trata simplemente de que la derecha que nos gobierna no considera que la igualdad entre hombres y mujeres sea un asunto prioritario o de interés. al revés, parece que les molesta que se hable de ello, que es una cuestión que atenta contra su ideología, que actuando así demuestra ser simplemente machista.

Habrá que recordarle a Mariano Rajoy, al Partido Popular y, particularmente, a las mujeres que en él militan, que la igualdad de género es un derecho humano reconocido por los grandes textos internacionales ratificados por el Estado español, que ya de manera explícita en 1945 en la Carta de Naciones Unidas se afirma que la igualdad entre hombres y mujeres como derecho humano, que los derechos humanos son valores inalienables en una sociedad democrática digna del siglo XXI.

Aunque parezca mentira, a este gobierno habrá que aclararle algo tan elemental como que, ya en la década de los 80 del siglo XX,  el movimiento feminista a nivel internacional comenzó a demandar los derechos de las mujeres en el marco de los derechos humanos; que dentro de las múltiples maneras en las que las personas pueden sufrir explotación, marginación y exclusión, la lucha contra la discriminación de las mujeres sigue estando planteada con independencia, o además, de su etnia, religión, pensamiento o posición social.

Les explicaremos que desde entonces se empezó a hablar de los “derechos humanos de las mujeres”, afirmación que puede parecer redundante pero que es en realidad conveniente ya que existe una gran parte de la humanidad  que no sólo que no ejerce de manera plena e igualitaria los derechos considerados como universales, sino que, además, sufre su violación sistemática de los mismos por causa de la discriminación de género.

Les advertiremos que este concepto “género” que parece que tanto les disgusta no es baladí sino que tiene un triple fundamento: señalar que la desigualdad entre mujeres y hombres tiene una dimensión política; propiciar que las mujeres puedan reclamar un derecho específico que les corresponde; y mostrar que es la sociedad en su conjunto quien está concernida por su disfrute efectivo o ausencia.

Les diremos que asumir hoy en día que las mujeres tienen derechos humanos implica contemplar un horizonte potencial de transformación social m`mucho más amplio y supone una reivindicación de la verdadera dimensión del concepto de humanidad, que no debería ser algo propio de la izquierda, sino de cualquier persona comprometida con los principios más elementales de igualdad y justicia; que contemplar los asuntos sociales poniendo de relieve su impacto género es imprescindible, dado que solo así se puede evaluar la dimensión real de las desigualdades, y realizar propuestas proactivas de cambio en el modelo de desarrollo y en la propia formulación, interpretación y aplicación de los derechos humanos de las personas.

Parece mentira, pues, que a estas alturas haya que contarle a nuestros gobernantes de derechas que es preciso tener en cuenta y evaluar el estado de la igualdad o desigualdad de género, una expresión «material» que corresponde al ideal de justicia como reconocimiento de identidades o la que corresponde al ideal de justicia social y distributiva orientada por el criterio socioeconómico, porque la que debe darse entre mujeres y hombres no siempre está asegurada, incluso cuando se diera la igualdad formal, reducida a la fórmula “todos son iguales ante la ley” (que, en su tiempo, fue crucial para la abolición de privilegios).

Por último, tendremos que informarles que al lado del derecho a la igualdad, surge, como derecho fundamental, el derecho a la diferencia, lo que implica el derecho al reconocimiento de identidades propias al ser insuficiente tratar al individuo de forma genérica, general y abstracta, haciéndose necesaria la especificación del sujeto de Derecho y propiciando la incorporación de la perspectiva de género.

Cerrar una oficina de Naciones Unidas dedicada a fomentar la igualdad entre mujeres y hombres y, por tanto, a garantizar el ejercicio efectivo de un derecho humano fundamental es una acción vergonzosa que muestra el posicionamiento ideológico fundamentalista de este gobierno. Actuar atentando contra dichos derechos humanos es el desprecio más absoluto a las mujeres, es quebrantar el sistema jurídico, político y social que nos hemos dado. Es, en definitiva, aplicar una política con una ideología machista, retrógrada y conservadora que ni siquiera podemos decir que sea del siglo pasado, sino más bien de los tiempos anteriores a la Ilustración.

Mi 4 de Diciembre de 1977

caparros-esquela[1]Aquel domingo yo tenía 7 años de edad. Podría decir que ya era una niña consciente de infinidad de cosas de las de los adultos, de esas que, según dicen, una niña no tiene porqué saber, aunque discrepo de tal afirmación. Ya me sabía la internacional socialista, el himno de Andalucía y gritaba por la ventanilla del coche, no sin ser consciente de la inquietud que provocaba en mi madre, «Disolución de los cuerpos represivos».

Mi madre iba a la manifestación y yo quería ir con ella. «Hoy no -me dijo. Quedaos jugando que yo vuelvo en un rato». Para mí, iba contenta, con la alegría, con el entusiasmo contagioso que provoca luchar por la justicia, por la libertad. Me contrarié, no quería jugar, quería estar allí con ella, quería formar parte de algo que percibía con la intensidad intuitiva de la infancia importante. Seguramente jugaría y me olvidaría de la contrariedad con esa misma capacidad infantil. De eso no me acuerdo. Lo siguiente que recuerdo es su miedo en la mirada, sus lágrimas, su estupor al llegar a casa.

Compartirme contando aquel día es mi pequeño homenaje a quienes sí estuvieron, pero sobre todo a García Caparrós. Apoyo sin fisuras que le nombren hijo predilecto de Andalucía que ya va siendo hora, que ya han pasado 35 años. Y, sigamos levantados (y levantadas) pidiendo libertad (y justicia) por Andalucía, España y la Humanidad, que últimamente los cuerpos represivos se están excediendo como antaño.

 

25N

Por desgracia un año más.