La rejoneadora peruana Conchita Cintrón, conocida por la «Diosa Rubia» y la primera torera de fama internacional, falleció ayer en Lisboa a los 86 años víctima de un paro cardíaco. A mí personalmente no me gusta el toreo. Será porque me apasionan los toros. Pero nada tiene que ver con el reconocimiento a una mujer que se ha abierto camino (y nos lo ha abierto a otras) en cualquier ámbito, sobre todo en aquéllos que aún al día de hoy son tan masculinos como el toreo.
Ha sido una de las mujeres más importantes que ha pisado los ruedos. Chilena de nacimiento y afincada en Portugal desde 1950, la llamada Diosa Rubia recorrió triunfal los ruedos de todo el mundo, toreando, interpretó la película Maravilla del toreo y fundó su propia ganadería. En America pudieron disfrutar de su buen hacer ante el toro. En España tan sólo fue autorizada para torear a caballo. A buen/a entendedor/a, pocas palabras bastan.
Sentimientos razonados, razones sentidas 